Mucho antes de que te conocieras, ya Dios te conocía
Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.
Jeremías 1:5
Mucho antes de que sufrieras de ansiedad y pánico ya Dios contemplaba tu complejidad con misericordia,
Mucho antes de que supieras para qué eras bueno, para El ya estabas calificado,
Tu identidad no comienza desde que naciste, sino desde ANTES de tener una noción de ti mismo.
Muchos de nosotros nos hemos estancado en un “después”, algunos no han sido los mismos “después” de aquél día de vergüenza, “después” de aquel despido, “después” de aquel divorcio, aquel quebranto, pero recuerda que más relevante que aquel “después” hay UN ANTES PODEROSO! un momento donde la existencia apenas era un grano en las manos de Dios, un Antes donde ya tu vida hacía total sentido y donde ya habías sido ungido y preparado para las cosas que hoy eludes por sentirte menos capaz.
Dios siempre te ha mirado, siempre supo tu nombre y siempre te ha cuidado.
Él no hace errores. Eres amado.
Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.
Jeremías 1:5