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ESTRATEGIAS FISCALES INTELIGENTES

3 sorpresas fiscales de la vida real y cómo las resolvería una contadora


Ejemplos de la vida real y como aconsejar correctamente a tu cliente.


Estimada Monica:


Mi primer año me sorprendió durante la temporada de impuestos al descubrir que mi inventario al final del año no era un gasto, sino un ingreso. Esto duplicó el monto que pensaba que debía a $8,000. Ahora reduzco mi inventario tanto como sea posible antes de fin de año y espero hasta el primer trimestre para hacer mis grandes compras de inventario. No compro casi nada en el cuarto trimestre.


Respuesta:

Hablemos de inventario, ya que no es un ingreso sino un activo. Cuando compras inventario, en lugar de deducirlo como un gasto en tu estado de pérdidas y ganancias (P&L), se registra como un activo en tu saldo general. En otras palabras, el inventario es algo que posees. Cuando vendes tus productos, informas los artículos como “costos de los productos vendidos“, que es la forma en que finalmente se restan en tus pérdidas y ganancias de los ingresos recibidos.

Para que no tengas que evitar comprar inventario: ¡cómpralo de acuerdo con las necesidades del negocio, no con el ahorro de impuestos! Solo ten en cuenta cuándo podrás deducirlo.



Segundo ejemplo,


“Pagamos aproximadamente $10,000 de más en impuestos trimestrales durante casi dos años”


Estimada Monica:

Después de un año y medio, nos dimos cuenta de que estábamos pagando de más nuestro impuesto trimestral sobre las ventas. Estábamos calculando nuestra tasa de impuesto en función de las ventas totales, en lugar de las ventas de artículos sujetos a impuestos. Nos sorprendió ver cuánto habíamos pagado de más durante casi 2 años: cerca de $10,000. Tuvimos muchas idas y vueltas con el Departamento de Hacienda para conseguir un crédito por el monto pagado de más, pero finalmente se solucionó. Ahora contamos con un especialista en impuestos empresariales externo que se encarga de este tema.


Respuesta:


En su definición más simple, el impuesto sobre las ventas no es un ingreso ni un gasto: es dinero que recibes de los clientes y luego remites al Estado. La pequeña empresa que cobra el impuesto sobre las ventas es solo un intermediario. Cuando cobras el impuesto sobre las ventas, retienes este dinero de forma provisional hasta que llega el momento de enviarlo al Estado cada mes o trimestre, según tus requisitos.

Lo complejo es determinar qué es imponible, ya que esto varía entre los estados. Hay varios factores que influyen a la hora de determinar qué impuesto sobre las ventas se debe pagar y en qué cantidad, como la cantidad de ventas en el estado, el tipo de ventas que se realizan y el lugar de residencia del cliente. Asegúrate de comunicarte con un experto o de utilizar un software que realice los cálculos apropiados para evitar multas e intereses por pagos incorrectos o tardíos.


Tercer ejemplo:


“Estoy pagando el impuesto sobre las ventas vencido con un enorme plan de pago mensual: el 18% de mis ingresos”.


Estimada Monica:

Al principio, necesitaba cada centavo para poder mantener productos en los estantes y ocuparme de los gastos generales. Ahora lo estoy pagando con un enorme plan de pagos mensuales para los trimestres anteriores (el 18% de mis ingresos). Aprendí a guardar cada día el dinero para pagar los impuestos en su propia cuenta bancaria, y pago los impuestos trimestrales desde esa cuenta. Separar pagos más pequeños cada día es mucho más fácil de digerir que tener que pagar los 3 meses juntos.


Respuesta.


El impuesto sobre las ventas puede ser difícil de calcular correctamente porque cada estado tiene normas diferentes. Es muy importante saber qué se exige, cuándo se es responsable y cuánto hay que pagar para cumplir las obligaciones. Estos son algunos consejos para facilitarte las cosas:

Regístrate en el estado en el que se encuentra tu negocio. Asegúrate de haber presentado la documentación adecuada en tu estado. Obtendrás un número de cuenta, que usarás en tu procesador de pagos para agregar el impuesto sobre las ventas a las facturas de los clientes y los recibos de ventas.

Tener una cuenta bancaria separada para el impuesto sobre las ventas es un recordatorio de que esos fondos ya están asignados para un propósito o al menos separalo y guardalo en un lugar seguro . Determina cuánto debe pagarse al estado cuando realices tu contabilidad habitual, de manera que guardes la cantidad adecuada. Incluso puedes configurar contribuciones automáticas a esta cuenta, para que el pago de los impuestos no te tome por sorpresa.


Tener un negocio es una Bendicion pero saber administrarlo correctamente requiere sabiduria y el apoyo de un profesional cuando lo nesecites!




 Si necesitas ayuda o un análisis fiscal agenda una llamada completamente gratis.


 
 
 

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